jueves, 18 de diciembre de 2008

Desilusiones

Acabo de darme cuenta que la persona de la que estoy enamorada y a la cual idealizaba de mil y un maneras, es tan "ser humano" como cualquier otro. Entré a su facebook, (a veces pienso bendita sea la internet y otras diablos!) y vi que mantenía una conversación con ella, con su ex. Sentí como un baldazo de agua fría sobre todo porque dias atrás me había hablado con la frescura de siempre. Pensé que lo conocía, que sabía cada detalle de él y sin embargo no, no sé nada.
"Los cambios siempre son positivos" yo le expliqué hasta el cansancio que no todos éstos lo son, a veces te hacen mas sensible y maduro otras te convierten en una persona completamente desconocida, con actitudes absurdas que lastiman a los que giran a su alrededor, como yo.
Nada cuesta decir la verdad, era tan sencillo para el ser directo, caray! era tan cándido que me consideraba impura y errada para estar a su lado, ahora lamento decirlo pero lo siento tan hipócrita como el resto, ¿cuándo aprendió a mentir?, ¿cuándo aprendió a partirle el corazón a las personas...?
¿No lo esperaba verdad? no, no lo esperaba, entonces ¿qué debo hacer? porque aún sabiendo todo, no quiero que se aparte de mí, sin embargo siento que es lo más sano. Me gustaría ganar un poco de esa frialdad que hoy envuelve su corazón, su mente, su pensamiento, que lo envuelve a él. Tal vez, la mejor forma sea dejando de ver su foto, borrar su número del celular, no contestarle los saludos, pero no es fácil, para mi no es tan sencillo. Prometo alejarme de él y no hablarle más, aunque una parte de mi se sienta vacía.
Sé que no lo podré olvidar, y lo más triste de todo es que su recuerdo ya está empañado por este golpe bajo. Pido nada más a Dios, que su "cambio" no lastime a más personas, y no pierda a nadie más. Dios! siento como si estuviera rompiendo mi promesa, aquella que le hice una noche mientras le decía que me asustaba no entenderlo, que me asustaba lo que sucedía con él, y después el sólo dijo "¿pero me querrás igual verdad...?" y yo le dije que sí, sonando insegura como siempre sin embargo mi corazón dice hasta hoy que sí que lo va amar siempre, porque el cree ¡ay corazón!, que queda su esencia, aquella de la que se enamoró una vez sin darse cuenta una tarde de setiembre y la que va amar hasta que Dios quiera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He llegado a tu Blog de pura casualidad, buscando datos de “Lima” y la maquinita (sabia ella) me envió hasta aquí “Naranja Lima gris”. Ya que estoy aquí (me dije) leeré algo… y me encontré con estas tus líneas, escritas con mucho sentimiento y no he podido abstenerme de escribirte.
Mientras más trates de olvidarlo, más te vas a acordar de él. Los amores (buenos o malos) nunca se olvidan… se superan.
Son como los errores, si los olvidas te volverás a equivocar en lo mismo, pero si los superas te servirán de experiencia para mejorar en la vida.
Nadie nace sabiendo. Tienes derecho a equivocarte, pero también tienes la obligación de enmendarte para salir adelante.
Tu corazón necesita un tiempo para curarse. Busca a tus amistades, reúnete con tus compañeros y compañeras, no renuncies a tu vida social, no te cierres las puertas a nuevas posibilidades. Cuando pase el tiempo y el reloj haga su trabajo, veras que ya no sentirás lo mismo que sientes hoy.
Tienes muchas metas por cumplir, una carrera que concluir, una juventud que disfrutar, una pareja que encontrar, una familia que formar, toda una vida por vivir.
Para aprender a caminar hay que caerse varias veces. Así también para encontrar el amor verdadero, hay que recibir más de un golpe. No hay escapatoria, a todos nos ha pasado más de una vez, pero amar, se aprende amando, no hay otra.
Te deseo que superes este mal momento. Te lo digo de buena leche y sin ninguna doble intención. Espero que en la vida encuentres a quién te sepa valorar y respetar. ¡Suerte!

Entre idas y venidas